Flúor y otras neurotoxinas

Aunque ahora parece que hay cierto revuelo en las redes sociales como si esto fuera una novedad, el tema no es nuevo.

En muchos documentos, publicaciones, estudios (como éste de The Lancet, publicado el 14 de Febrero de 2014) (en inglés), alertan sobre la peligrosidad del flúor (entre otros) como neurotoxina.

En este extracto del estudio publicado por The Lancet queda claro:

«[A meta-analysis of 27 cross-sectional studies of children exposed to fluoride in drinking water, mainly from China, suggests an average IQ decrement of about seven points in children exposed to raised fluoride concentrations.]»

 «Un meta-análisis de 27 estudios transversales en niños expuestos al fluoruro en el agua potable, principalmente de China, sugiere una disminución promedio del CI de alrededor de siete puntos en los niños expuestos a concentrationes elevadas de fluoruro»

Este párrafo se extrae de este otro estudio que se centra principalmente en la toxicidad del flúor (en inglés): Developmental Fluoride Neurotoxicity: A Systematic Review and Meta-Analysis publicado em 2012… ¡Hace ya 4 años!

También se alerta sobre la toxicidad del manganeso en dosis elevadas, de la neurotixicidad de muchos de los pesticidas, herbicidas, etc, utilizados en la agricultura y la jardinería como el clorpirifós (organofosforado)  y los organoclorados, entre otros. Vale la pena leer el artículo y sus cros-referencias. Te pone los pelos de punta.

Y todo esto nos lleva a la pregunta de…. ¿Y porqué nos lo siguen metiendo en las pastas de dientes, en los colutorios bucales, en el agua corriente?!

Bueno, a riesgo de sonar conspiranoica (que lo soy, por otro lado, para qué negarlo…), yo tengo una teoría que comparten muchas personas, y que cada vez se oye más en conferencias, publicaciones y documentales.

El flúor es un desecho de la industria del alumunio y fertilizantes químicos principalmente. El deshacerse de los desechos industriales siempre es muy costoso, pero darle un uso es ahorrar costes porque ya no has de deshacerse de dicho resíduo y encima, ganas dinero al venderlo.

¿No es genial? No sólo no has de ocuparte de deshacerte del desecho sino que ganas mucho dinero dándole un uso. Pero, ¿de dónde sale que un producto aparentemente (y demostradamente) tóxico puede tener un uso beneficioso para el ser humano? Todas y todos hemos oído lo de que «el flúor previene la caries»… Sin embargo, yo, por ejemplo, recuerdo muy bien cómo los Tinerfeños (Islas Canarias), específicamente en la zona de San Juan de la Rambla, La Guancha, etc, me cuentan que sus manchas marrones en los dientes es porque el agua de la zona tiene naturalmente mucho flúor… ¿Entonces? ¿Es bueno o es malo?

Según la página «La Matrix Holográfica«:

El “mito de la prevención de la caries dental” asociado con fluoruro, se originó en los Estados Unidos en 1939, cuando un científico llamado Gerald J. Cox, empleado por ALCOA, el mayor productor de residuos tóxicos de flúor, y en ese tiempo siendo amenazados por las reclamaciones por daños de fluoruro, fluoraron algunas ratas de laboratorio, llegando a la conclusión de que el fluoruro reduce las caries y afirmaron que debería añadirse a los suministros de agua de la nación.

Oscar R. Ewing

En 1947, Oscar R. Ewing, un abogado de ALCOA por largo tiempo, fue nombrado director de la Agencia Federal de Seguridad, una posición que lo puso a cargo del Servicio de Salud Pública (PHS). Durante los próximos tres años, 87 nuevas ciudades estadounidenses comenzaron su fluoración del agua, incluyendo el control de la ciudad en un estudio de la fluoración del agua en Michigan, eliminando así la prueba más científicamente objetiva de la seguridad y el beneficio antes de que fuera completada.

“Educación e investigación” norteamericana fue financiada por la industria de fabricación de aluminio, fertilizantes y de armas, en busca de una salida para los residuos de fluoruro que cada vez se incrementaban más, mientras conseguían aumentar las ganancias.

El “descubrimiento” de que el fluoruro beneficiaba a los dientes, fue pagado por la industria que necesitaba ser capaz de defender las “demandas de los trabajadores y las comunidades, envenenados por las emisiones de fluoruros industriales” (Bryson, 1995) y convertir un lastre en un activo

 

 

Conclusión

Con el cuento del flúor 

  1. Se libran de los costes de reciclar un desecho tóxico importante.
  2. Generan ganancias económicas vendiéndolo como aditivo para productos dentales y agua corriente en las ciudades.
  3. Como vimos al principio, al ser psicotóxico y que incluso puede hacer que baje el IQ de niños y niñas, nos hacen menos inteligentes e incluso parece ser un producto muy efectivo para hacernos más dóciles y más predispuestos a aceptar el «status quo».

Si miramos el estado actual de las cosas, las injusticias sociales que nos rodean, los escándalos políticos y empresariales, etc,  y la desidia reinante ante todo esto… No me parece que estas aparentemente locas teorías sean tan locas. ¡Para nada! Sino, ¿Cómo explicarías la apatía, la sumisión, la tremenda superficialidad reinante en casi todas las personas en éste y otros países?

Y no sólo tenemos el flúor. Tenemos la televisión, tenemos muchos otros productos en la alimentación, la educación «convencional», la publicidad manipuladora, la industria farmacéutica, y el «gran hermano», por supuesto……. Orwell y Huxley supongo que no se hubieran sorprendido de nada.

 

Acerca de latierraquepisamos

La Tierra que Pisamos es un blog econsciente, que intenta divulgar información útil sobre ecología, agricultura ecológica, salud, alimentación y medicina natural.
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